No quiero dejar de sorprenderme por una sonrisa, por una mirada, por una palabra, por una caricia.
No quiero dejar de sorprenderme por un atardecer, por un amanecer, por las estrellas brillar y por el cielo resplandecer
No quiero dejar de sorprenderme por una mariposa volar, por un árbol florecer y por un niño nacer.
No quiero dejar de sorprenderme por la inteligencia del hombre, por un abrazo de una madre y por la inocencia de un niño.
No quiero dejar de sorprenderme por las lágrimas de felicidad y tristeza, por el sentir mi corazón latiendo cada segundo y por la capacidad que tengo para amarte.
No quiero dejar de sorprenderme, por que el día que deje de sorprenderme mi vida ya no tendrá sentido, la fuerza de amor creadora de vida se abra ido de mi, y estaré perdido, sin vida y sin razón para vivir.
Gracias Dios por esa capacidad de sorprenderme, que me hace sentir vivo y vibrar cada día con cada una de tus maravillas.
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