La actitud optimista tiene el poder de disipar
las nieblas que enturbian nuestra visión.
La verdadera actitud optimista no se aísla de
los desafíos y aventuras que deben ser
encarados y vividos, pero tiene la capacidad
de transformarlos en impulsos creativos
que atraen las mejores situaciones.
Contempla lo que hay de bello y de bueno
en las personas. El beneficio será mutuo.
Sônia Café
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